Nunca me agrado mi antigua escuela, pero amaba los ratos que pasaba con mis amigos y nos reíamos por horas hasta que nos separaban, cuando nos juntábamos en el descanso y nos dedicábamos a criticar media escuela, compartíamos nuestro algo y nos quejábamos de los profes
Gracias por su amistad, los llevare en mi corazón.
Entonces, ell@s comenzaron a formar parte de mi día a día
Discutir porque nunca nos poníamos de acuerdo para salir y entre más planeábamos una salida menos se daba a no ser que fuera repentina
Se convirtieron en una familia para mi, donde podía sentirme en casa, donde no tengo que preocuparme por nada a excepción que alguno no cometa una idiotez. Y como en toda familia con muchos hermanos, nos la pasábamos discutiendo, todos quieren tener la razón son un caos pero adorables loquitos (con todo el cariño del mundo)
Estar con ellos implicaba nuevas experiencias que luego serian anécdotas para reírnos, todo es un chiste para nosotros
A Pineda y a mi siempre nos iban a encontrar comiendo en el fondo del salón (muertos de hambre)
Siempre los vi como pilares, entre nosotros nos apoyamos y acompaños en el dolor del otro pues pese de que cada uno tiene su lucha, una de las cosas que caracteriza esta amistad es la unión y aunque esos pilares se derrumbaran, estaríamos unidos entre los escombros
Cada uno me enseño cosas distintas que marcaron una parte de mi, estaré eternamente agradecida por la amistad y amor que me brindaron